El Pueblo
chavista, ha sabido convertir las derrotas en victorias: no olvidemos aquellos
hechos de 1989, que junto a la Rebelión Militar del 92, fueron aplacados por el
poder hegemónico. Sin embargo, Hugo Chávez, acompañado del Pueblo Bolivariano,
desde el año 94 logró consolidar un movimiento político capaz de llegar al
poder tras el revés previo, por vía democrática y en contra de toda predicción
mediática, algo inusual y extraordinario, como nos tildaron no hace mucho.
Otro revés
importante fueron los hechos del 11,12 y 13 de abril de 2002 que junto al paro
petrolero, de no ser por las sabias reacciones del Comandante, y el Apoyo Popular hubiesen terminado primero: con el fin del
Proceso Bolivariano y segundo, con la muerte prematura de Chávez. Al contrario, gracias a este revés y los
reflejos de los revolucionarios, convertimos una derrota, un golpe y un
atentado político-económico, en una victoria contundente, con la que Chávez
logró desligarse por completo de los discursos socialdemócratas y empezó a
radicalizar sus propuestas, acompañado siempre de los bolivarianos.
Además, no
podemos olvidar el posible repunte negativo de la derrota de la reforma, que
sin embargo, aclaró al Presidente Chávez, el estado en que se encontraba
nuestra población: tras muchos logros socioeconómicos, pero con falta de
formación y educación para la liberación, la creciente “clase media” se acomodó
a sus nuevos intereses e hizo más complejo el proceso de radicalización de la
Revolución, más sin embargo, el Proceso Bolivariano, del Pueblo chavista, no se
detuvo, continuó con Chávez de Corazón.
El último revés
importante, la enfermedad y muerte de Hugo Rafael Chávez Frías, pudo significar
el golpe de gracia al Proceso Revolucionario, por el contrario, cuan Cid
Campeador, el Comandante, arrastró al Huracán Bolivariano a dos nuevas
victorias: una en estado delicado de salud: la de gobernadores y alcaldes, y
otra, ya fallecido: la victoria de Nicolás Maduro Moros, como garante de la
continuidad de la Revolución.
Tras los hechos
del 6 de diciembre de 2015, la Revolución entra en un proceso necesario de
refrescamiento, aplicando lo que Chávez dejó (Tres R, Tres R al Cuadrado y el
Golpe de Timón) contextualizados a la nueva realidad, y de la perspicacia
política de los cuadros revolucionarios, sumado siempre al acompañamiento de
las exigencias del Pueblo Bolivariano y el liderazgo unificador de Nicolás
Maduro, dependerá el no retorno del Proceso Socialista Bolivariano y Chavista y
por el contrario, su profundización y radicalización.
Por ello, quien
crea que la victoria de la MUD garantiza el fin de la Revolución, que no se
equivoque, no hay pueblo vencido, hay Pueblo Revolucionario y Combatiente,
¡convertiremos aquel “por ahora” en un para siempre!
Carlos Morles
No hay comentarios. :
Publicar un comentario